doi: 10.56294/pa202375

 

ORIGINAL

 

Stage of establishment of Pentecostalism in Cuba

 

Etapa de establecimiento del pentecostalismo en Cuba

 

Lilian Lleana González Rodríguez1 *

 

1Maestría en Estudios Latinoamericanos en Territorio, Sociedad y Cultura, Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, Universidad Autónoma San Luis de Potosí. México.

 

Citar como: González Rodríguez LL. Stage of establishment of Pentecostalism in Cuba. Southern perspective / Perspectiva austral. 2023; 1:75. https://doi.org/10.56294/pa202375

 

Enviado: 11-06-2023                   Revisado: 10-09-2023                   Aceptado: 22-12-2023                 Publicado: 23-12-2023

 

Editor: Mileydis Cruz Quevedo

 

ABSTRACT

 

Studies on the diversity of existing religious groups are a recurring theme in current historiographical production. Among them, it is worth mentioning the Pentecostal movement as one of the most investigated from the different fields of knowledge, given its rapid expansion and impact within societies. The present work aims to explain the establishment of the Pentecostal movement in Cuba, taking into account the historical context of its arrival and its development until the forties of the 20th century. In order to achieve this goal, we begin by explaining how Pentecostalism arose, and in a second stage we will deal with how this religious denomination was introduced in the island, who were the main precursors of the movement in the country and where they came from.

 

Keywords: Protestantism; Pentecostalism; Cuba.

 

RESUMEN

 

Los estudios entorno a la diversidad de grupos religiosos existentes constituye un tema recurrente dentro de la producción historiografía actual. Entre ellos cabe mencionar al movimiento pentecostal como uno de los más investigados desde los diferentes campos del saber, dado su rápida expansión e impacto dentro de las sociedades. El presente trabajo tiene como objetivo explicar el establecimiento del movimiento pentecostal en Cuba teniendo en cuenta el contexto histórico a su llegada y su desarrollo hasta la década del cuarenta del siglo XX. En aras de cumplir lo planteado, se inicia explicando cómo surge el pentecostalismo, para en un segundo momento abordar cómo se introduce esta denominación religiosa dentro de la Isla, quiénes eran y de donde procedían los principales precursores del movimiento dentro del país.

 

Palabras clave: Protestantismo; Pentecostalismo; Cuba.

 

 

 

INTRODUCCIÓN

El movimiento pentecostal: proceso de instauración en la isla de Cuba

El pentecostalismo es una vertiente del cristianismo que surge en los Estados Unidos a principios del siglo XX como una especie de avivamiento religioso. Se le ha caracterizado cuando no definido, a partir de una de sus doctrinas principales: la grosularia o don de hablar en lenguas. Una buena parte de los estudios críticos sobre el pentecostalismo (ya sean sociológicos o teológicos) han puesto su énfasis en señalarlo como una práctica religiosa basada en esta doctrina dejando de lado tanto al corpus doctrinal que lo conforma como a las tradiciones religiosas de las que surge. (Rodríguez, 2005, p. 5).

Tras su surgimiento en 1901, carecía de organización, hasta que en 1914 se realiza una reunión en Hot Springs, Arkansas, donde quedó formado «El Concilio General de las Asambleas de Dios» (Verdecia, 2015). Posterior a esa reunión, se realizó el segundo concilio donde se definió que la Biblia constituía la norma de fe y conducta para los creyentes; pero no fue hasta 1916 que por motivos de esclarecimiento doctrinal se proclamaron las «Verdades Fundamentales del Movimiento Pentecostal Asambleas de Dios». Esas doctrinas eran:

1. Las Escrituras inspiradas 

2. El único Dios verdadero

3. El hombre, su caída y redención

4. La salvación del hombre

5. La promesa del Padre

6. La consumación del bautismo en el Espíritu Santo

 7. Santificación completa, la meta para todos los creyentes

 8. La Iglesia, un organismo

9. El ministerio y el evangelismo

10. La cena del Señor

11. El bautismo en agua

12. La sanidad divina

13. Aspectos esenciales de la deidad

 14. La esperanza bienaventurada

15. La venida inminente y el reino milenario de Jesús

16. El lago de fuego

17. Los cielos nuevos y la tierra nueva (Verdecia, 2015, p.34)

 

A partir de entonces, dicha Organización se va a expandir por todo el mundo, creciendo así el número de sus adeptos. Como resultado de esto, salieron misioneros de la Misión de la Calle Azusa hacia todos los puntos de los Estados Unidos, Canadá, Europa del Norte, China, África y América Latina.

En el caso de Cuba, hasta finales del siglo XIX el catolicismo era la religión del Estado, pero con la instauración de la República y la proclamación de su Constitución en 1901 tras la intervención de Estados Unidos, se produjo una apertura religiosa después de proclamar la separación de la Iglesia del Estado y la libertad de cultos.

A partir de este momento hubo una entrada significativa de iglesia protestantes procedentes de los Estados Unidos; las cuales se fueron insertando dentro de la sociedad cubana y algunas llegaron a alcanzar gran relevancia principalmente en el ámbito educacional, como resultado de la fundación de colegios pertenecientes a las diferentes denominaciones. Por tanto, la intervención norteamericana provocó un importante cambio en el panorama religioso que permitió al protestantismo establecerse y diseminarse por todo el archipiélago cubano y de esta forma, los primeros pentecostales que entraron a la Isla se establecieron bajo el marco de la legalidad jurídica.

Al analizar el panorama religioso cubano de inicios del siglo XX, se aprecia el afianzamiento de la obra de las iglesias históricas: anglicanos o episcopales, bautistas, metodistas y presbiterianos. Estas se vincularon desde sus inicios con las capas medias, induciendo el modo de vida norteamericano en su feligresía y se dio a conocer en la población a través de su postura de servicio en lo social, determinada por la implantación de escuelas, asilos y alojamientos estudiantiles (Hernández, 2006, p. 7).

A diferencia de los misioneros protestantes (bautistas, cuáqueros, metodistas, presbiterianos) que llegaron a Cuba cuando sus denominaciones ya estaban ampliamente establecidas fuera del país, los participantes y testigos de los acontecimientos de Azusa, tocaron suelo caribeño cuando apenas se estaban formando los primeros concilios pentecostales. Lo ante expuesto, permite expresar que un aspecto distintivo del movimiento pentecostal, fue la conexión entre el bautismo del Espíritu Santo y el impulso misionero.

Desde su proyección global en Azusa, los creyentes entendieron el hablar en lenguas como una dotación de poder para testificar de Cristo a las naciones y durante los primeros años de la pasada centuria, se ubican datos sobre actividad misionera en distintos países del Continente. En Cuba, en particular, también existen referencias de que para entonces visitaron la Isla representantes de algunas de las expresiones religiosas que conforman el movimiento pentecostal.

Hasta la fecha, diversos autores cubanos han fijado el inicio del pentecostalismo en Cuba en 1920 a partir de la incursión misionera a la Isla de las estadounidenses Harriet May Kelty y su madre Harriet L. Kelty. Ambas eran miembros de la Stone Church, una iglesia pentecostal misionera (Stone Church, 70th and Stewart Avenue. Chicago, III, E.U.) y utilizaron el sistema de carpa para evangelizar en el pueblo de Caraballo, provincia Habana.

Su actividad solo duro dos años pues tuvieron que regresar a su país a fines de 1922 a causa de la salud quebrantada de la anciana Harriet (Kelty, 1925 p.3). Como resultado de ello, se ha tomado también el año 1931, marcado por el regreso de H. M. Kelty junta a Anna Sanders y la posterior incorporación de Francisco Rodríguez como fecha para establecer el surgimiento de la obra pentecostal en el país.

Tras llegar a la Isla a fines de 1930 alquilan una vivienda en la calle Figuras No. 18, y comienzan a dar cultos. Hay un dato relativo a May Kelty en que aparece en agosto de 1931 en la calle Dolores No. 189 en Lawton como misionera. Esto parece indicar que se separaron al poco tiempo de su llegada a Cuba, quedando Anna Sanders en la misión de Figuras (Rojo, s.f. p.4). Además, concuerda con las referencias de Samuel Feijoo, escritor costumbrista cubano, quien solo menciona a Anna Sanders. En su autobiografía Feijoo (1981) refiere que:  También llegaron a La Habana en esos días los pentecostales, que hablaban en lenguas y que también tenían cultos. Mi católica tía Herminia se convirtió a los pentecostales y quemó sus santos. Después pasó al servicio de una vieja misionera danesa, Ana Sanders, la cual la alojó con su esposo en un local de la calle Figuras.” (p.1)

En esos momentos la situación política en la Isla era compleja pues el gobierno de Gerardo Machado provocaba descontento popular tras la crisis económica y social. En el marco de esta situación nacional comienza la predicación del Evangelio Pentecostal en Cuba; pero los misioneros no se alejan de la situación real del país. Al respecto en noviembre de 1932 Anna Sanders escribe: “Las condiciones aquí desde el punto de vista Político están inestables. Muchos han muerto. Agradecemos a Dios de que tenemos perfecta libertad aun para predicar el evangelio y ya muchos han entregado sus corazones a Jesús (...)” (p.1).

Mientras que en otra de sus cartas refiere los disturbios del mes de agosto de 1933, año que dieron lugar a la salida del General Machado del gobierno y su huida a las Islas Bahamas. “Es en medio de balas de cañón y disparos de rifles que estamos proclamando la verdad de la Santa Palabra de Dios. Más de 300 personas fueron asesinadas el otro día a solo cinco cuadras de aquí, pero nosotros nunca nos perdemos un servicio, a pesar de que algunos tienen miedo de asistir (p. 2)”.

Por otra parte, a medida que pasaban los años llegaban nuevos misioneros desde distintos países de América. Procedente de Puerto Rico llega Francisco Rodríguez, acompañado de su esposa Esther, tres hijos y su suegra Ángela García. Es necesario esclarecer que todos estos misioneros eran financiados por las Oficinas Misioneras de los Estados Unidos. En una de sus cartas enviada por las Oficinas de Springfield, Missouri, Rodríguez (s.f) dice: También me alegra decirles que hemos comenzado a construir nuestro primer templo    para la gloria de Dios. Este es un paso de fe. Nosotros no tenemos suficiente dinero (…) Sera de grandes bendiciones para este pueblo de Párraga, donde tenemos una buena obra sin lugar fijo de adoración (...) Quiero agradecerle querido hermano por enviarme el cheque por $6 como una contribución fueron de gran bendición. Recién escribí a los donantes y les envié los recibos. (p.1).

El comienzo del trabajo misionero les resultó difícil debido a la ausencia total de una plataforma pentecostal en Cuba y la falta de garantía económica estable para la gestión misionera. A esto se sumaba el esperado choque transcultural y la comentada inestabilidad política y social existente.

Para entonces el escenario social de Cuba era complejo. Las guerras de independencia del siglo anterior habían sumergido a la naciente Republica en unas precarias condiciones que afectaron a la mayoría de la población, sobre todo a los sectores más pobres de la sociedad. Al analizar la situación social de las regiones donde se produjo el mayor impacto de la espiritualidad pentecostal (Jaruco, Santa Cruz del Norte y Madruga- entonces municipios periféricos de la Habana, actualmente de la provincia de Mayabeque) se puede comprobar los nefastos efectos de la guerra de independencia.

Los primeros misioneros chocaron con la realidad cubana sin entender sus causas. Se perturbaron al ver a los cubanos viviendo en concubinato al pasar por alto que la realización legal del matrimonio se alejaba de las posibilidades reales de la mayoría. En sus testimonios adjudicaban los males de la sociedad cubana a las distorsiones morales de la población (Viñals, 2020, p.42).

Poe otra parte, los primeros lugares de culto se crearon principalmente en los barrios más pobres de las áreas urbanas y en zonas rurales y semi-rurales donde de la capital cubana, donde por lo general no existían iglesias, capillas u otros centros destinados a actividades religiosas. Con frecuencia los pastores comenzaban a predicar en cualquier pequeño local que les facilitara la oportunidad de reunirse, incluso realizaron cultos bajo carpas o al aire libre. Más tarde construyeron sencillos templos en territorios olvidados, y en poblaciones que sufrían carencias de todo tipo, donde llevaron un mensaje de esperanza matizado por su peculiar modo.

En estas condiciones era natural que la feligresía estuviera compuesta en su casi totalidad, de individuos de los sectores sociales más humildes. A las congregaciones se acercaban mujeres y hombres de escasos recursos económicos y bajo nivel cultural, sobre todo trabajadoras domésticas, subempleados, desempleados y amas de casa. Excepcionalmente atraían a personas de nivel educacional medio y mucho menos a graduados universitarios (Berges, 2003, p.  5)

En 1935 la Obra de las Asambleas de Dios en Cuba estaba organizada como parte del Distrito Latinoamericano de los Estados Unidos hasta que en mayo de 1936, Cuba fue reconocida dentro del Departamento de Misiones Extranjeras. Relevante resulta además, que a lo largo de la década del 30 se dieron pasos importantes en el establecimiento de las Asambleas de Dios en Cuba, entre estos cabe destacar la entrada de más misioneros y pastores como William Lawrence Perrault quien fue designado como supervisor de la obra misionera en Cuba. Para ese entonces, el trabajo de las Asambleas de Dios estaba concentrado en La Habana donde el abre también la iglesia en Carlos III, no. 907, de donde devino la actual iglesia Fuente De Vida, situada actualmente entre las céntricas calles de Infanta y Santa Marta. Además, bajo su liderazgo la obra pentecostal se esparció hacia el oriente cubano, específicamente a las zonas de Palma Soriano y Santiago de Cuba.

Otro paso importante de este movimiento fue que el 30 de julio de 1940 William Lawrence (Lorenzo) Perrault, en su carácter de Superintendente, inscribe la obra pentecostal cubana en el Registro de Asociaciones. La intención inicial era usar el nombre internacional de la Organización: Asambleas de Dios, estructurada ya en 1914 en Hot Spring, Arkansas, Estados Unidos, pero el uso de este nombre no fue posible en Cuba. (Verdecia, 2015 p. 182). En 1944 se hizo una ampliación en el nombre de Iglesia Evangélica Pentecostal a Iglesia Evangélica Pentecostal en Cuba. No obstante, al nombre de la Organización se ha estado agregando a partir de 1940 el paréntesis final de “Asambleas de Dios” con el propósito de hacer saber la identidad internacional de la denominación.

En este contexto histórico continuó desarrollándose la obra misionera pentecostal, quienes hacia 1940 pese a los esfuerzos realizados por los misioneros pentecostales en Cuba, solo contaban con 7 iglesias y puntos de predicaciones con menos de 200 creyente dado los obstáculos que atentaron contra su trabajo. Entre ellos están : la falta de misioneros, falta de fondos, las situaciones de salud que se les presentaron a las principales misioneras Anna Sanders y Kelty, así como el retiro de las Asambleas de Dios de algunos misioneros como Francisco Reyes quien creo una iglesia independiente.

Ante lo descrito, la directiva de las Asambleas de Dios adoptó un plan de evangelización que constaba de ocho puntos, que comprendía:

- Fundación de iglesias en las ciudades importantes.

- Una revista mensual.

- Una librería cristiana.

- Una Escuela Dominical organizada a nivel nacional.

- Evangelismo radial.

- Un Instituto Bíblico para preparar obreros nacionales.

- Campañas Evangelísticas por todo el país.

- Dirección de la iglesia por obreros nacionales.

 

Con la puesta en práctica de este plan, se da inicio un periodo de desarrollo del movimiento pentecostal dado el crecimiento que tuvo la obra misionera como resultado de cada uno de ellos, pues se levantaron iglesias en ciudades importantes como La Habana, Camagüey, Santiago de Cuba, Cienfuegos, Holguín, Guantánamo entre otras ciudades. Se fundó el Instituto Bíblico como escuela de formación para creyentes cubano, se crea una revista que se convirtió en el Órgano Oficial de Prensa- La Antorcha Pentecostal- de estas iglesias, y la cual tenía un alcance internacional. Se funda una librería que contribuyó también a la difusión de las doctrinas pentecostales, así como los programas radiales y las campañas de evangelización. Además, con el fin de lograr una mayor consolidación dentro de la sociedad, se trabajó en establecer iglesias autóctona-autogobernable-, autosustentables y autopropagable, aunque en la práctica, se logró más el ultimo principio pues la misión en Cuba dependía en gran medida del interés y de la realidad histórica del órgano misionero estadounidense.

 

CONCLUSIONES

El pentecostalismo como movimiento religioso surgió como resultado del énfasis que se le otorgó a la doctrina del bautismo en el espíritu. A la par de su génesis sus fundadores y principales líderes instruyeron a sus fieles en la necesidad de expandir dicha doctrina y fundar iglesias sobre este fundamento bíblico. En este sentido los misioneros pentecostales se movieron hacia países de todos los continentes, entre los cuales estuvo Cuba

Tras la llegada de los pentecostales a Cuba las condiciones en las que vivían los habitantes de la isla eran favorables para la aceptación de una nueva propuesta religiosa, la cual se estableció en los lugares más apartados y entre las capas más bajas de la sociedad.

Con el paso de los años lograron consolidarse dentro de la sociedad cubana como resultado de un plan de evangelización que se centró en el establecimiento de iglesias en lugares estratégicos; en la difusión de sus doctrinas a través de la prensa, la radio, una librería y grandes campañas de evangelización

 

BIBLIOGRAFÍA

1.  Balam, E. R. (2005). Pentecostalismo, teología y cosmovisín. Península, 1.

 

2.  Feijoo, S. (1981). El sensible Zarapico. Signos.

 

3.  Hernández, Y. (2006). Protestantes en Cuba. Desarrollo y organización (1900-1925). La Habana: Editorial Historia.

 

4.  Martin, D. (2002). Pentecostalism: The world they parish, USA. Black Publishers.

5.  Sanders, A. (1932). Un Ruego por Cuba. Luz Apostólica.

 

6.  Sanders, A. (1933). Testificando entre disparos de rifle. Luz Apostólica.

 

7.  S. a., Reporte de Interés del mes de julio, 12, Documento, Archivos de la Comisión de Historia. Asambleas de Dios. Cuba, p. 2, s.f.

 

8.  Verdecia, O. R. (2015). Historia del Pentecostalismo en Cuba. La Habana: Editorial Sapientiam.

 

9.  Viñals, Y. (2020). Discernimiento del Espíritu. El movimiento misionero pentecostal en Cuba desde 1910 hasta 1930. Editorial CALITAD.

 

10.  Willemán, M (1993).  El auge pentecostal: certeza, identidad y salvación. Editorial CAM.

 

FINANCIACIÓN

Ninguna.

 

CONFLICTO DE INTERESES

Ninguno.

 

CONTRIBUCIÓN DE AUTORÍA

Conceptualización: Lilian Lleana González Rodríguez.

Análisis formal: Lilian Lleana González Rodríguez.

Investigación: Lilian Lleana González Rodríguez.

Redacción – borrador original: Lilian Lleana González Rodríguez.

Redacción – revisión y edición: Lilian Lleana González Rodríguez.